Robo de servicios consume a Emcali
03.05.2014 09:53
Por luiyith melo garcía, reportero de el país

Sorprendentes modalidades de defraudación se han descubierto para consumir agua y energía sin pagar. Cada mes se judicializan diez casos.
Cuando los técnicos de Emcali llegaron a esa estación de servicio en el barrio Las Delicias se quedaron sorprendidos. Debajo de la silla de la secretaria, en la oficina de la administración, había una especie de válvula, una llave desde la cual se cerraba y se abría un sistema de llenado del pozo utilizado en el lugar para el lavado de carros.
La válvula controlaba una derivación de tubería subterránea conectada a la red matriz del acueducto, antes del contador de consumo. Al final de la tarde o durante la noche, se abría la válvula para llenar el pozo con agua potable, de la purificada por el acueducto municipal para el consumo humano. Ese volumen del líquido no era facturado porque no lo registraba el medidor, pero permitía lavar más de 20 carros cada día en el lugar.
De esta manera, la estación de servicio no utilizaba el sistema de extracción y bombeo de agua del pozo que, además, ya no funcionaba. Cuando hacía falta agua, la secretaria sólo se inclinaba y abría la válvula debajo de su silla...
Frente a la terminal de Transportes, los lavadores callejeros de carros también se las ingeniaron para ‘robarse’ el agua necesaria para lavar buses, taxis y autos particulares.
En las cámaras de acueducto de ‘Centralia’, golpearon la estopa de las válvulas, les rompieron las prensas o sellos, dañaron el sistema y lograron que el agua se filtrara hacia afuera; llenaron la cámara de agua y la extrajeron luego con baldes para llenar tinas.
Así se surtían del líquido hasta que hace un mes llegaron Emcali y el Dagma, en compañía del CTI de la Fiscalía y clausuraron el fraude. Un procedimiento que ya se había hecho varias veces en años anteriores, pero que no impide que los lavadores de carros reincidan en su práctica fraudulenta.
“Así nos ganamos la vida, no tenemos más que hacer, hay que rebuscarse y con esto no le hacemos mal a nadie”, dice Julio, un negro lavador de carros en ‘Centralia’ que seguramente volverá a fracturar las válvulas para seguir lavando carros al lado de la vía.
Alejandro Ágredo, ingeniero de la sección de Acueducto de Emcali, dice que los casos de fraude y el ingenio para hacerlos por parte de la gente “son infinitos”. La gente altera el medidor, se conecta de la red matriz, altera las conexiones domiciliarias, daña los equipos y hace cualquier cosa para evadir el pago de los consumos de servicios públicos domiciliarios.
Ágredo recuerda el caso de un mecánico en el oriente de Cali que había introducido una guaya de motocicleta por la tubería de agua --como si fuera una sonda--, desde la sala de su casa hasta el contador de agua. Desde la sala movía la guaya para detener o activar la marcación del contador. Tenía calculados los ciclos de facturación y cuando había lectura de consumo, a fin de mes, dejaba que el contador marcara unos consumos dos o tres días antes para no despertar sospechas.
Los técnicos de Emcali sospecharon de un consumo de tres metros cúbicos mensuales de agua para una familia de cinco personas, cuando el consumo promedio para una vivienda es de 20 metros cúbicos. Al hacer la inspección, detectaron el fraude.
Pero lo que más sorprendido tiene a Ágredo es la réplica en plástico de una válvula de control que hizo un usuario para manipular los consumos. El individuo, un avezado artesano y conocedor del sistema técnico de funcionamiento del dispositivo, desmontó la válvula de bronce instalada por Emcali y, en su lugar, puso otra de plástico fabricada por él para manipularla.
La réplica era exacta, tenía idéntico color y le hizo los grabados, altos relieves y simuló el envejecimiento propio del metal usado. Era tan perfecta la válvula que los curtidos lectores de Emcali no percibieron la diferencia cuando abrían el contador para anotar los consumos. El hombre manipulaba la válvula para subregistrar consumos.
Más ingenio criollo
Pero las modalidades de robo y usufructo ilegal de servicios públicos domiciliarios son “infinitas”, como dijo el técnico de Emcali.
Algunos comercian con el agua de todos, abren los hidrantes (sólo necesitan una llave peston), conectan una manguera de allí a un carrotanque y lo llenan. Luego venden el vital líquido en zonas de ladera donde escasea, como El Mameyal, Cristo Rey, fincas cercanas y casas de recreo para llenar piscinas, y en áreas periféricas que viven sequía permanente como La Dolores, entre Juanchito y Palmira.
Uno de esos carrotanques fue sorprendido este año en inmediaciones de Caucaseco, en la vía Cali - Palmira con una carga de diez metros cúbicos de agua. Una carga de esas pueden venderla por $300.000.
La alteración de conexiones en condominios residenciales es otra práctica recurrente. En la unidad Gratamira, ubicada en la Avenida Guadalupe con Calle 14, habían intercambiado la conexión de un apartamento de un quinto piso donde habitan cuatro personas por otra de un segundo piso donde vive una pareja. La señora afectada, quien reservó su nombre, dijo que de unos meses para acá, el consumo de su vivienda del segundo piso se disparó y decidió reclamar. Lo hizo varias veces, pero le respondían que la facturación frente a los consumos era correcta.
Sin embargo, ante su insistencia, Emcali envió técnicos a revisar. Dentro del apartamento toda estaba bien, pero descubrieron que en el armario instalado en el primer piso de la unidad, donde están las conexiones individuales y por piso, habían intercambiado la de ambos apartamentos. El medidor de la vivienda del segundo lo habían conectado al del apartamento del quinto piso y viceversa.
El usuario del quinto piso, donde consumían agua para cuatro como si fuera para dos personas, fue sancionado.
Otro caso es el de un prestigioso edificio de estrato 6 ubicado en Centenario, que se había conectado a la red matriz de acueducto evadiendo el medidor, y se surtía gratuitamente del servicio para su uso en zonas comunes. El fraude fue detectado cuando Emcali abrió la vía para cambiar la tubería del colector subterráneo y la red de acueducto. Llevaba ya varios años.
También las empresas
Pero no sólo las personas se las ingenian para robar servicios. También lo hacen las empresas. En la zona de El Caney y El Valle del Lili, Emcali ha descubierto conexiones de agua y energía desde las redes matrices hasta la zona de obras para surtirse de servicios mientras dura la construcción.
En la zona industrial de Acopi - Yumbo, se han detectado factorías que hacen conexiones directas desde la red primaria de energía a su interior, paralelas a la conexión de Emcali, para saltarse el contador y no facturar los consumos. Una siderúrgica había hecho una conexión directa de alta tecnología para no registrar los elevados consumos de energía que utiliza en su actividad. Hace unos años se descubrió el fraude que ascendía a $36 millones mensuales.
Muy cerca de allí, en la vía a Yumbo, un motel había hecho una sofisticada conexión subterránea de acueducto, desde el tubo matriz, y la había tapado con una losa de concreto. Fue necesario utilizar un geófono electrónico, que manda ondas ultrasónicas para detectar el fraude. El motel tomaba de allí el agua para su negocio.
Técnicos de Emcali indicaron que se requiere del concurso de ingenieros y personal calificado para hacer estos trabajos. El motel debía siete facturas desde abril del 2008, hizo un acuerdo de pago, pero se comprobó que luego reincidió en el fraude. Y como éste, aparentemente hay más en esa zona.
Como si fuera poco, en una sola cuadra del centro de Cali, en un operativo acompañado por el CTI, Emcali detectó 90 negocios entre formales e informales que se robaban la energía en conexiones directas y a veces subterráneas de los postes de la luz.
Y, finalmente, son conocidos los robos de cable telefónico que dejan sin servicio vastos sectores de la ciudad. Hace unos días, fue sorprendida una pareja dentro de una cámara de teléfonos en el Oeste de Cali, en momentos en que hacían un minucioso trabajo de robo de cable.
La pareja estaba cómoda en la cámara, tenía arroz chino y gaseosa porque, al parecer, se iba a demorar buena parte de la noche en ese trabajo. Pero la Policía los sorprendió en flagrancia.
El ingeniero de telecomunicaciones, Rubén Chávez, recuerda que detrás de esta actividad hay verdaderas mafias que andan detrás del cobre. Pero sospecha también que hay empresas de la competencia que hacen daño para desprestigiar a Emcali y quitarle el mercado de clientes.
Así lo mostraría un sofisticado corte de cable en inmediaciones de la clínica Valle del Lili detectado hace una semana, para el que deben utilizarse herramientas y técnicos especializados.
Con todas estas maniobras y fraudes Emcali está perdiendo el cobro de al menos la tercera parte de los servicios públicos que produce.
En agua se han robado 217,5 millones de metros cúbicos. En energía más de 36 millones de kilovatios y en telecomunicaciones 60 toneladas anuales de cable de cobre. Una cantidad enorme para una empresa en crisis, que da cuenta hasta dónde pueden llegar algunos para evadir el pago de los servicios públicos.
Cuando los técnicos de Emcali llegaron a esa estación de servicio en el barrio Las Delicias se quedaron sorprendidos. Debajo de la silla de la secretaria, en la oficina de la administración, había una especie de válvula, una llave desde la cual se cerraba y se abría un sistema de llenado del pozo utilizado en el lugar para el lavado de carros.
La válvula controlaba una derivación de tubería subterránea conectada a la red matriz del acueducto, antes del contador de consumo. Al final de la tarde o durante la noche, se abría la válvula para llenar el pozo con agua potable, de la purificada por el acueducto municipal para el consumo humano. Ese volumen del líquido no era facturado porque no lo registraba el medidor, pero permitía lavar más de 20 carros cada día en el lugar.
De esta manera, la estación de servicio no utilizaba el sistema de extracción y bombeo de agua del pozo que, además, ya no funcionaba. Cuando hacía falta agua, la secretaria sólo se inclinaba y abría la válvula debajo de su silla...
Frente a la terminal de Transportes, los lavadores callejeros de carros también se las ingeniaron para ‘robarse’ el agua necesaria para lavar buses, taxis y autos particulares.
En las cámaras de acueducto de ‘Centralia’, golpearon la estopa de las válvulas, les rompieron las prensas o sellos, dañaron el sistema y lograron que el agua se filtrara hacia afuera; llenaron la cámara de agua y la extrajeron luego con baldes para llenar tinas.
Así se surtían del líquido hasta que hace un mes llegaron Emcali y el Dagma, en compañía del CTI de la Fiscalía y clausuraron el fraude. Un procedimiento que ya se había hecho varias veces en años anteriores, pero que no impide que los lavadores de carros reincidan en su práctica fraudulenta.
“Así nos ganamos la vida, no tenemos más que hacer, hay que rebuscarse y con esto no le hacemos mal a nadie”, dice Julio, un negro lavador de carros en ‘Centralia’ que seguramente volverá a fracturar las válvulas para seguir lavando carros al lado de la vía.
Alejandro Ágredo, ingeniero de la sección de Acueducto de Emcali, dice que los casos de fraude y el ingenio para hacerlos por parte de la gente “son infinitos”. La gente altera el medidor, se conecta de la red matriz, altera las conexiones domiciliarias, daña los equipos y hace cualquier cosa para evadir el pago de los consumos de servicios públicos domiciliarios.
Ágredo recuerda el caso de un mecánico en el oriente de Cali que había introducido una guaya de motocicleta por la tubería de agua --como si fuera una sonda--, desde la sala de su casa hasta el contador de agua. Desde la sala movía la guaya para detener o activar la marcación del contador. Tenía calculados los ciclos de facturación y cuando había lectura de consumo, a fin de mes, dejaba que el contador marcara unos consumos dos o tres días antes para no despertar sospechas.
Los técnicos de Emcali sospecharon de un consumo de tres metros cúbicos mensuales de agua para una familia de cinco personas, cuando el consumo promedio para una vivienda es de 20 metros cúbicos. Al hacer la inspección, detectaron el fraude.
Pero lo que más sorprendido tiene a Ágredo es la réplica en plástico de una válvula de control que hizo un usuario para manipular los consumos. El individuo, un avezado artesano y conocedor del sistema técnico de funcionamiento del dispositivo, desmontó la válvula de bronce instalada por Emcali y, en su lugar, puso otra de plástico fabricada por él para manipularla.
La réplica era exacta, tenía idéntico color y le hizo los grabados, altos relieves y simuló el envejecimiento propio del metal usado. Era tan perfecta la válvula que los curtidos lectores de Emcali no percibieron la diferencia cuando abrían el contador para anotar los consumos. El hombre manipulaba la válvula para subregistrar consumos.
Más ingenio criollo
Pero las modalidades de robo y usufructo ilegal de servicios públicos domiciliarios son “infinitas”, como dijo el técnico de Emcali.
Algunos comercian con el agua de todos, abren los hidrantes (sólo necesitan una llave peston), conectan una manguera de allí a un carrotanque y lo llenan. Luego venden el vital líquido en zonas de ladera donde escasea, como El Mameyal, Cristo Rey, fincas cercanas y casas de recreo para llenar piscinas, y en áreas periféricas que viven sequía permanente como La Dolores, entre Juanchito y Palmira.
Uno de esos carrotanques fue sorprendido este año en inmediaciones de Caucaseco, en la vía Cali - Palmira con una carga de diez metros cúbicos de agua. Una carga de esas pueden venderla por $300.000.
La alteración de conexiones en condominios residenciales es otra práctica recurrente. En la unidad Gratamira, ubicada en la Avenida Guadalupe con Calle 14, habían intercambiado la conexión de un apartamento de un quinto piso donde habitan cuatro personas por otra de un segundo piso donde vive una pareja. La señora afectada, quien reservó su nombre, dijo que de unos meses para acá, el consumo de su vivienda del segundo piso se disparó y decidió reclamar. Lo hizo varias veces, pero le respondían que la facturación frente a los consumos era correcta.
Sin embargo, ante su insistencia, Emcali envió técnicos a revisar. Dentro del apartamento toda estaba bien, pero descubrieron que en el armario instalado en el primer piso de la unidad, donde están las conexiones individuales y por piso, habían intercambiado la de ambos apartamentos. El medidor de la vivienda del segundo lo habían conectado al del apartamento del quinto piso y viceversa.
El usuario del quinto piso, donde consumían agua para cuatro como si fuera para dos personas, fue sancionado.
Otro caso es el de un prestigioso edificio de estrato 6 ubicado en Centenario, que se había conectado a la red matriz de acueducto evadiendo el medidor, y se surtía gratuitamente del servicio para su uso en zonas comunes. El fraude fue detectado cuando Emcali abrió la vía para cambiar la tubería del colector subterráneo y la red de acueducto. Llevaba ya varios años.
También las empresas
Pero no sólo las personas se las ingenian para robar servicios. También lo hacen las empresas. En la zona de El Caney y El Valle del Lili, Emcali ha descubierto conexiones de agua y energía desde las redes matrices hasta la zona de obras para surtirse de servicios mientras dura la construcción.
En la zona industrial de Acopi - Yumbo, se han detectado factorías que hacen conexiones directas desde la red primaria de energía a su interior, paralelas a la conexión de Emcali, para saltarse el contador y no facturar los consumos. Una siderúrgica había hecho una conexión directa de alta tecnología para no registrar los elevados consumos de energía que utiliza en su actividad. Hace unos años se descubrió el fraude que ascendía a $36 millones mensuales.
Muy cerca de allí, en la vía a Yumbo, un motel había hecho una sofisticada conexión subterránea de acueducto, desde el tubo matriz, y la había tapado con una losa de concreto. Fue necesario utilizar un geófono electrónico, que manda ondas ultrasónicas para detectar el fraude. El motel tomaba de allí el agua para su negocio.
Técnicos de Emcali indicaron que se requiere del concurso de ingenieros y personal calificado para hacer estos trabajos. El motel debía siete facturas desde abril del 2008, hizo un acuerdo de pago, pero se comprobó que luego reincidió en el fraude. Y como éste, aparentemente hay más en esa zona.
Como si fuera poco, en una sola cuadra del centro de Cali, en un operativo acompañado por el CTI, Emcali detectó 90 negocios entre formales e informales que se robaban la energía en conexiones directas y a veces subterráneas de los postes de la luz.
Y, finalmente, son conocidos los robos de cable telefónico que dejan sin servicio vastos sectores de la ciudad. Hace unos días, fue sorprendida una pareja dentro de una cámara de teléfonos en el Oeste de Cali, en momentos en que hacían un minucioso trabajo de robo de cable.
La pareja estaba cómoda en la cámara, tenía arroz chino y gaseosa porque, al parecer, se iba a demorar buena parte de la noche en ese trabajo. Pero la Policía los sorprendió en flagrancia.
El ingeniero de telecomunicaciones, Rubén Chávez, recuerda que detrás de esta actividad hay verdaderas mafias que andan detrás del cobre. Pero sospecha también que hay empresas de la competencia que hacen daño para desprestigiar a Emcali y quitarle el mercado de clientes.
Así lo mostraría un sofisticado corte de cable en inmediaciones de la clínica Valle del Lili detectado hace una semana, para el que deben utilizarse herramientas y técnicos especializados.
Con todas estas maniobras y fraudes Emcali está perdiendo el cobro de al menos la tercera parte de los servicios públicos que produce.
En agua se han robado 217,5 millones de metros cúbicos. En energía más de 36 millones de kilovatios y en telecomunicaciones 60 toneladas anuales de cable de cobre. Una cantidad enorme para una empresa en crisis, que da cuenta hasta dónde pueden llegar algunos para evadir el pago de los servicios públicos.
Tomado de: www.elpais.com.co